El Internet de las Cosas

En la década de los 90 prácticamente los únicos dispositivos que estaban conectados a Internet eran las computadoras. Más adelante, llego la revolución con la aparición en escena de los teléfonos inteligentes "smartphones" y por último un auténtico boom de "cacharros" conectados a Internet. ¿Quién no le ha dicho alguna vez a Alexa o Siri que le ponga una canción o le encienda una luz de casa? Pues bien, justamente todo ese conjunto de dispositivos que están conectados a Internet, enviando y recibiendo datos de la red, es el Internet de las Cosas (Internet of Things en inglés). Se estima que el IoT ya conecta 31.000 millones de dispositivos en todo el mundo, pero muchos vivimos ajenos a una realidad interconectada que cambiará todas las reglas de forma silenciosa y sin freno. Así es el IoT.

A través del Internet de las Cosas, el despertador puede comunicarse con la cafetera y la tostadora, que comienzan a funcionar cinco minutos antes de que suene la alarma, a la vez que el frigorífico va haciendo la compra de forma automática ya que faltan verduras frescas en casa. El Internet de las Cosas es la conectividad de todos estos dispositivos que se emplean a diario.

En los últimos años, IoT se ha convertido en una de las tecnologías más importantes del siglo XXI. Ahora que podemos conectar objetos cotidianos, electrodomésticos, coches, termostatos, monitores de bebés, a Internet a través de dispositivos integrados, es posible una comunicación fluida entre personas, procesos y cosas.

¿Qué tecnologías han hecho posible el IoT?

Si bien la idea de IoT existe desde hace mucho tiempo, toda una serie de avances en distintas tecnologías lo han hecho posible.

• Sensores de bajo costo y potencia: los sensores asequibles y fiables están haciendo posible la fabricación de dispositivos IoT para más fabricantes.
• Conectividad: una gran cantidad de protocolos de red para Internet ha facilitado la conexión de sensores a la nube permitiendo la transferencia de datos de forma eficiente.
• Plataformas en la nube: el aumento en la disponibilidad de plataformas en la nube permite a las empresas y a los consumidores acceder a la infraestructura que necesitan para escalar sin tener que administrarlo todo.
• Aprendizaje automático y analítica: los avances en aprendizaje automático y analítica, junto con el acceso a grandes cantidades de datos almacenados en la nube, están permitiendo a las empresas recopilar y analizar información de forma rápida y sencilla.
• Inteligencia artificial: los avances en redes neuronales han llevado el procesamiento del lenguaje natural (PLN) a los dispositivos IoT, asistentes digitales personales como Alexa, Cortana ó Siri se han vuelto atractivos, asequibles y viables para uso doméstico.

¿Qué aplicaciones tiene el IoT?

• Wereables: relojes, bandas de fitness o cinturones de rastreo GPS, son solo algunos ejemplos de dispositivos wearables que usamos ya desde hace algún tiempo.
• Salud: el uso de wearables o sensores conectados a los pacientes, permite a los médicos el seguimiento de sus condiciones, fuera del hospital y en tiempo real. Mediante la recepción de métricas y alertas automáticas sobre sus signos vitales, el Internet de las Cosas ayuda a potenciar el control asistencial y la prevención de eventos letales en pacientes de alto riesgo.
• Domótica: electrodomésticos, calefacción, persianas o iluminación son solo algunos ejemplos de como estos dispositivos se han introducido en nuestros hogares, permitiéndonos no solo controlar su funcionamiento sino también programarlos.
• Monitoreo del tráfico: cuando usamos nuestros teléfonos móviles como sensores, que recolectan y comparten datos desde nuestros vehículos a través de aplicaciones como Google Maps o Waze, estamos haciendo uso del Internet de las Cosas para informarnos y al mismo tiempo contribuir con el monitoreo del tráfico, mostrando las condiciones de las diferentes vías, y alimentando y mejorando la información sobre las diferentes rutas a un mismo destino, distancia y tiempo estimado de llegada.
• Gestión de rutas: la aplicación del Internet de las Cosas a la gestión de flotas, favorece la geolocalización (y con ella el monitoreo de las rutas y la identificación de los trayectos más eficientes), el análisis de rendimiento, el control de la telemetría y el ahorro de combustible, la reducción de emisiones contaminantes al medio ambiente e incluso puede aportar información valiosa para mejorar la conducción de los vehículos.
• Agricultura: mediante la implementación de sensores IoT, se puede obtener una cantidad importante de datos sobre el estado y las etapas de los suelos. Información como la humedad del suelo, su nivel de acidez, la presencia de ciertos nutrientes, la temperatura y muchas otras características químicas, ayuda a los agricultores a controlar los riegos, ahorrar en uso de agua, precisar los mejores momentos para iniciar la siembra, y hasta descubrir la presencia de enfermedades en las plantas y el suelo.
• Gestión de mantenimiento: el monitoreo en tiempo real de los activos físicos, permite determinar el momento en que una medición está fuera de rango y es preciso realizar un mantenimiento.
• Ahorro energético y suministro de agua: el uso progresivo de medidores inteligentes y la instalación de sensores en diferentes puntos estratégicos de la red de suministro permiten hacer un mejor seguimiento y control de las redes de electricidad y agua.
• Industria: fabricas inteligentes, eficiencia de los procesos productivos, aumento del control de existencias, controles de calidad, optimización de la cadena de suministros, aumento de la seguridad y mantenimiento productivo. La industria es posiblemente uno de los sectores que mejor se pueden aprovechar del IoT para mejorar sus procesos, hacerlos más eficientes y reducir costes.

Estas son solamente algunas de las áreas donde el IoT puede ser aplicado, mejorando y haciendo más eficientes muchos de los procesos de nuestra vida cotidiana. En Natival estamos convencidos de que esto no ha hecho más que empezar y lo ha hecho para mejorar nuestras vidas.